Placa fría líquida anticorrosiva, refrigerador de agua de aluminio a prueba de herrumbre

Una placa fría líquida es un tipo de disipador de calor que utilice el líquido como medio de enfriamiento en vez del aire. Se hace típicamente de una placa de metal, tal como de aluminio o de cobre, con los canales o los tubos corriendo con ella que permiten que un líquido atraviese.

El principio detrás de una placa fría líquida es simple: el líquido absorbe calor de la fuente de calor (tal como una electrónica de la CPU o de poder), y después se circula lejos de la placa fría a un cambiador de calor, donde el calor se disipa en el ambiente circundante.

Una de las ventajas dominantes de una placa fría líquida es su funcionamiento termal superior. Porque el líquido tiene una conductividad termal más alta que el aire, puede absorber calor más eficientemente y transferirlo al cambiador de calor. Esto significa que una placa fría líquida puede ser más eficaz en el calor de disipación que un disipador de calor refrigerado.

Otra ventaja de una placa fría líquida es su flexibilidad. Porque el líquido se puede circular a través de la placa usando una bomba, puede ser dirigido a las áreas específicas de la placa que requieren el enfriamiento. Esto permite control de la temperatura exacto y puede mejorar el funcionamiento total del sistema de enfriamiento.

Las placas frías líquidas se utilizan en una amplia gama de usos, incluyendo ordenador de alto rendimiento, electrónica de poder, y espacio aéreo. Están especialmente bien adaptadas para los usos donde están presentes las cargas de alto calor y donde se requiere el control de la temperatura exacto.